Cuidar el cuerpo significa tomar conciencia de los diferentes flujos que lo recorren, pero también de las zonas que están bloqueadas. Liberando progresivamente sus tensiones musculares y aprendiendo a controlar su desbordante actividad mental. Educarás a tu cerebro para que entre en un estado de conciencia diferente, en el que los movimientos son más amplios y profundos, un estado de conciencia en el límite entre la vigilia y el sueño. El objetivo es permitirte conectar con tu inconsciente sin dejar de ser consciente.
Relajación del cuerpo mediante estiramientos
El estiramiento es un gesto natural que permite liberar muchas tensiones. A menudo, debido al fuerte vínculo entre el cuerpo y la mente, la tensión muscular está relacionada con la tensión mental. Por lo tanto, la relajación muscular permite que el cuerpo descanse y se regenere.
Respira hondo y tómate el tiempo de estirarte, de verte crecer. A continuación, relájate, inhala y exhala a tu ritmo, tomando conciencia de las sensaciones de relajación y calma.
Repite este ejercicio 3 veces.
Bombeo de los hombros para aliviar el estrés
Este ejercicio pone el cuerpo en movimiento utilizando la imaginación para liberar la mente.
Inhala mientras aprietas los puños, sube y baja los hombros varias veces a tu ritmo. Luego exhala con fuerza por la boca, soltando las manos. Deja que la respiración vuelva a un ritmo natural, luego con un poco de imaginación puedes visualizar lo que te pesa, lo que quieres soltar, como si, con la exhalación, pudieras soltar esos pesos.
Repite este ejercicio 3 veces.
Relajar el cuerpo conectando con uno mismo a través de las articulaciones
Como ejemplo de la flexibilidad de los árboles en el viento, toma conciencia de tu capacidad de adaptación y flexibilidad. Presta atención a cada una de tus articulaciones y luego muévelas una por una. Como si experimentaras su movilidad por primera vez. Empieza por el cuello. Haz una pausa para sentir lo que sientes cuando dejas de moverte. Continúe primero con los hombros, luego con los codos, las muñecas y los dedos, uno por uno. A continuación, mueve todas las articulaciones al mismo tiempo, con movimientos libres. Toma conciencia de las nuevas sensaciones, la flexibilidad, las posibilidades de movimiento de tu cuerpo. Puedes continuar, siempre con amabilidad, con la espalda, la pelvis, las piernas, hasta los dedos de los pies.
El gesto reflejo para relajar el cuerpo
Después de relajarse mediante el movimiento, es importante encontrar un gesto reflejo que le ayude a volver a este estado de bienestar.
Para ello, haga un gesto reflejo que sea fácil de reproducir, por ejemplo, masajeando la nuca o apretando los puños. Puedes repetir este gesto en cualquier momento del día para recuperar instantáneamente la sensación de bienestar que experimentas durante la relajación. Puedes repetir este gesto con regularidad cuando tus músculos estén tensos durante un examen, una reunión importante o una intervención en público. No tengas miedo de tu imagen y de la mirada de los demás, lo único que importa eres tú.
Actualizado en 10 febrero 2023 a 23:36